jueves, 3 de noviembre de 2016

TEMA 4. LOS CUENTOS DE CHEJOV

Chekhov 1898 by Osip Braz.jpg

Anton Chejov (1860-1904) "La medicina es mi esposa, la literatura, mi amante"

Realiza un trabajo sobre los cuentos seleccionados de Chejov, donde se aborden los siguientes puntos:

1.- Vida, obra, contexto histórico y movimiento literario de la obra del escritor ruso.

2.- Análisis del cuento La dama del perrito, que incluya los siguientes puntos:

a) Resumen, tema y división en partes
b) Análisis de los siguientes elementos: el perrito, el adulterio y el amor.
c) Análisis de la evolución psicológica de los protagonistas (Ana Sergeyevna y Gurov)
d) Principales técnicas narrativas usadas por Chejov (descripciones, elementos simbólicos, voz de los personajes, recursos estilísticos...)
e) Análisis del final abierto del relato
f) Pequeño comentario crítico sobre el relato.


3.- Análisis del cuento La sala nº 6, que incluya los siguientes puntos:

a) Resumen, tema y división en partes
b) Análisis de los siguientes elementos: la cerveza y las lecturas del doctor Raguin.
c) Análisis de la evolución psicológica de los protagonistas (Raguin  y Dimitrich)
d) Analiza las siguientes máximas: "Los locos son los que están fuera". "Lenin se volvió revolucionario a raíz de la lectura de este cuento". " El mundo no es para observarlo es para transformarlo". "El que no ha sufrido no ha vivido".
e) Pequeño comentario crítico sobre el relato.

4.-  Análisis del cuento El beso, que incluya los siguientes puntos:

a) Resumen, tema y división en partes.
b)  Análisis de los siguientes elementos:el beso y la sábana húmeda, la oscuridad, la vida militar de Riabovich.
c) Análisis de la evolución psicológica del protagonista.
d)  Analiza las siguientes máximas: "Sabrás la verdad y la verdad te hará desesperar" "Del mismo modo que estaré solo en mi tumba, vivo esencialmente solo"
d) Pequeño comentario cítico sobre el relato.


miércoles, 12 de octubre de 2016

TEMA 3. LA POESÍA DE FIN DE SIGLO NORTEAMERICANA

Resultado de imagen de hojas de hierba

 (West Hills, EE UU, 1819 - Camden, id., 1892) Poeta estadounidense. Hijo de madre holandesa y padre británico, fue el segundo de los nueve vástagos de una familia con escasos recursos económicos. Pasó sólo ocasionalmente por la escuela y pronto tuvo que empezar a trabajar, primero, y a pesar de su escasa formación académica, como maestro itinerante, y más tarde en una imprenta.

Allí se despertó su afición por el periodismo, interés que le llevó a trabajar en varios diarios y revistas neoyorquinos. Nombrado director del Brooklyn Eagle en 1846, permaneció en el cargo sólo dos años debido a su disconformidad con la línea abiertamente proesclavista defendida por el periódico. Su afición por la ópera (género que influyó enormemente en su obra poética) le permitió coincidir en una noche de estreno con un dirigente del periódico de Nueva Orleans Crescent, quien lo convenció para que dejara Nueva York y aceptase una oferta para trabajar en el diario.
Durante el viaje hacia al Sur, que emprendió en 1848, tuvo la oportunidad de contemplar una realidad, la de provincias, para él totalmente desconocida y que, en definitiva, sería decisiva para su carrera futura. Por todo este conjunto de experiencias, cuando regresó a Nueva York, unos meses después, abandonó el periodismo y se entregó por completo a la escritura.
La primera edición de su gran obra, sin embargo, no vio la luz hasta 1855. Esta primera edición de Hojas de hierba (Leaves of grass) (habría otras ocho en vida del poeta) constaba de doce poemas, todos ellos sin título, y fue el propio Whitman quien se encargó de editarla y de llevarla a la imprenta. De los mil ejemplares de la tirada, Whitman vendió pocos y regaló la mayoría, uno de ellos a Ralph Waldo Emerson, importante figura de la escena literaria estadounidense y su primer admirador. Su crítica, muy positiva, motivó a Whitman para seguir escribiendo, a pesar de su ruinosa situación económica y de la nula repercusión que, en general, habían tenido sus poemas.
Al año siguiente apareció la segunda edición y, cuatro años más tarde, la tercera, que amplió con un poema de presentación y otro de despedida. La noticia de que su hermano George había sido herido, al comienzo de la Guerra Civil, le impulsó a abandonar Nueva York para ir a verle a Fredericksburg. Más tarde se trasladó a Washington D.C. donde, apesadumbrado por el sufrimiento de los soldados heridos, trabajó voluntariamente como ayudante de enfermería. Tras el fin de la contienda, se estableció en Washington, donde trabajó para la Administración. Allí publicó varios ensayos de contenido político, en los cuales defendía los ideales democráticos, pero rechazaba el materialismo que, a su juicio, impregnaba la vida y las aspiraciones de la sociedad estadounidense. 

Aquejado de varias enfermedades, en 1873 se vio obligado a abandonar Washington y trasladarse a Camden, en Nueva Jersey, donde permaneció hasta su muerte. Dedicó los últimos años de su vida a revisar su obra poética, y a escribir nuevos poemas que fue incluyendo en las sucesivas ediciones de Hojas de hierba.
Whitman fue el primer poeta que experimentó las posibilidades del verso libre, sirviéndose para ello de un lenguaje sencillo y cercano a la prosa, a la vez que creaba una nueva mitología para la joven nación estadounidense, según los postulados del americanismo emergente. El individualismo, los relatos de sus propias experiencias, un tratamiento revolucionario del impulso erótico y la creencia en los valores universales de la democracia son los rasgos novedosos de su poética; en línea con el romanticismo del momento, propuso en su poesía una comunión entre los hombres y la naturaleza de signo cercano al panteísmo. Tanto por sus temas como por la forma, la poesía de Whitman se alejaba de todo cuanto se entendía habitualmente por poético, aunque supo crear con los nuevos materiales momentos de hondo lirismo.
“Toda la teoría del universo está dirigida a un solo individuo: a ti

Walt Whitman

(1819-1892)


Surgirá un nuevo orden
y sus hombres serán
los sacerdotes del hombre,
y cada hombre será
su propio sacerdote.



NO TE DETENGAS
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...

Versión de: Leandro Wolfson


LO QUE SOY DESPUÉS DE TODO
¿Qué soy, después de todo, más que un
niño complacido con el sonido
de mi propio nombre? Lo repito una y otra
vez,
Me aparto para oírlo -y jamás me canso de
escucharlo.
También para ti tu nombre:
¿Pensaste que en tu nombre no había otra
cosa que más de dos o tres inflexiones?

Con el reflujo del océano de la vida
" (...) Mientras recorro las playas que no conozco
mientras escucho la endecha
las voces de los hombres y mujeres náufragos
mientras aspiro las brisas impalpables que me asedian
mientras el océano, tan misterioso
se aproxima a mi cada vez más
yo no soy sino un insignificante madero abandonado por la resaca
un puñado de arena y hojas muertas
y me confundo con las arenas y con los restos del naufragio.
Oh! desconcertado, frustrado, humillado hasta el polvo
oprimido por el peso de mi mismo
pues me he atrevido a abrir la boca
sabiendo ya que en medio de esa verbosidad cuyos ecos oigo
jamás he sospechado qué o quién soy
a no ser que, ante todos mis arrogantes poemas
mi yo real esté de pie, impasible, ileso, no revelado
señero, apartado, escarneciéndome con señas y reverencias burlonamente amables
con carcajadas irónicas a cada una de las palabras que he escrito
indicando en silencio estos cantos y, luego, la arena en que asiento mis pies.
Ahora sé que nada he comprendido, ni el objeto más pequeño
y qué ningún hombre puede comprenderlo.
La naturaleza está aquí a la vista del mar
aprovechándose de mí para golpearme y para herirme
porqué me he atrevido a abrir la boca para cantar.
He oído lo que decían los charlatanes sobre el principio y el fin,
Pero yo no hablo del principio y del fin.
Jamás hubo otro principio que el de ahora, ni más juventud o vejez que las de ahora,
Y nunca habrá otra perfección que la de ahora,
Ni más cielo o infierno que éstos de ahora.
Instinto, instinto, instinto.
Siempre el instinto procreando el mundo.
Surgen de la sombra los iguales, opuestos y complementarios, siempre sustancia y crecimiento, siempre sexo,
Siempre una red de identidades, siempre distinciones, siempre la vida fecundada.
De nada vale trabajar con primor; cultos e ignorantes lo saben.
Seguro como lo más seguro, enclavado con plomo en las columnas, abrazado al poste firme,
Fuerte como un caballo, afectuoso, soberbio, ecléctico,
Yo y este misterio aquí estamos frente a frente.
Limpia y tierna es mi alma, y limpio y tierno es todo lo que no es mi alma,
Si falta uno de los dos, ambos faltan, y lo visible es prueba de lo invisible,
Hasta que se vuelva invisible y haya de ser probado a su vez.
Cada época ha humillado a las otras enseñando lo mejor y desechando lo peor,
Y yo, como conozco la perfecta justeza y la eterna constancia de las cosas,
No discuto, me callo, y me voy a bañarme para admirar mi cuerpo.
Hermoso es cada uno de mis órganos y de mis atributos, y los de todo hombre bello y sano,
Ni una pulgada de mi cuerpo es despreciable, y ni una debe ser menos conocida que las otras.
Me siento satisfecho: miro, bailo, río, canto;
Cuando mi amante compañero de lecho, que ha dormido abrazado a mí toda la noche, se va con paso quedo al despuntar el alba,
Dejándome cestas cubiertas con lienzos blancos que llenan con su abundancia mi casa,
Yo las acepto con naturalidad, ¿pues habría de tasarlas hasta el último céntimo para conocer exactamente el valor de su regalo?

¿Quién anda por ahí anhelante, místico desnudo?
¿Cómo es que saco fuerzas de la carne que tomo?
¿Qué es un hombre, realmente? ¿Qué soy yo? ¿Qué vosotros?
Cuanto diga que es mío deberás apropiártelo.
De otra forma, escucharme sería perder tu tiempo.
No voy gimoteando a través de la tierra:
Que los meses se pasan, que la tierra es fangosa, miserable y muy sucia.
Gemidos y plegarias serviles son remedios para enfermos e inválidos; quede el conformarse muy lejos de mi vida,
Yo me pongo el sombrero dentro y fuera de casa.
¿Por qué tengo que orar? ¿Y adorar y andar con ceremonias?
Después de escudriñar en los estratos, de analizarlo todo, de hablar con los expertos y calcular minucias,
He llegado a saber que el sebo más sabroso va adherido a mis huesos.
Me veo en todos, ninguno es más que yo, ni es menos un grano de cebada.
Sé que soy fuerte y sano,
Todo marcha hacia mí, constantemente,
Todo me escribe y debo descifrar lo que me dice.
Sé que soy inmortal.
Sé que mi órbita no podrá ser descrita con compás de artesano,
Que no me perderé como se apaga la espiral que en la sombra traza un niño con fuego de un carbón encendido.
Sé que soy venerable,
Y no fuerzo a mi espíritu a que explique o defienda,
Pues las leyes más fijas nunca piden disculpas
(Después de todo no soy más orgulloso que el cimiento que sustenta mi casa),
Existo como soy, con eso basta,
Y si nadie lo sabe me doy por satisfecho,
Lo mismo que si todos y uno a uno lo saben,
Hay un mundo al que tengo por el mayor de todos, que soy yo y que lo sabe,
Si llego a mi destino, ya sea hoy ya sea dentro de millones de años,
Puedo aceptarlo ahora o seguir aguardando, con igual alegría.
La base donde apoyo mis pies es de granito,
Me río cuando dicen que puede disolverse,
Porque conozco lo que dura el tiempo.


Cosmos
" Quién contiene a la diversidad y es la Naturaleza
quién es la amplitud de la tierra y la rudeza y sexualidad de la tierra
y la gran caridad de la tierra, y también el equilibrio
quién no ha dirigido en vano su mirada por las ventanas de los ojos
o cuyo cerebro no ha dado en vano audiencia a sus mensajeros
quién contiene a los creyentes y a los incrédulos
quién es el amante más majestuoso
quién, hombre o mujer, posee debidamente su trinidad de realismo
de espiritualidad y de lo estético o intelectual
quién después de haber considerado su cuerpo
encuentra que todos sus órganos y sus partes son buenos
quién, hombre o mujer, con la teoría de la tierra y de su cuerpo
comprende por sutiles analogías todas las otras teorías
la teoría de una ciudad, de un poema
y de la vasta política de los Estados
quién cree no sólo en nuestro globo con su sol y su luna
sino en los otros globos con sus soles y sus lunas
quién hombre o mujer, al construir su casa
no para un día sino para la eternidad
ve a las razas, épocas, efemérides, generaciones.
El pasado, el futuro, morar allí, como el espacio
indisolublemente juntos. "

Hojas de hierba (fragmento)

"Creo que una brizna de hierba no es inferior a la jornada de los astros
y que la hormiga no es menos perfecta ni lo es un grano de arena...
y que el escuerzo es una obra de arte para los gustos más exigentes...
y que la articulación más pequeña de mi mano es un escarnio para todas las máquinas.
Quédate conmigo este día y esta noche y poseerás el origen de todos los poemas.
Creo en ti alma mía, el otro que soy no debe humillarse ante ti
ni tú debes humillarte ante el otro.
Retoza conmigo sobre la hierba, quita el freno de tu garganta.
(...)
Creo que podría retornar y vivir con los animales, son tan plácidos y autónomos.
Me detengo y los observo largamente.
Ellos no se impacientan, ni se lamentan de su situación.
No lloran sus pecados en la oscuridad del cuarto.
No me fastidian con sus discusiones sobre sus deberes hacia Dios.
Ninguno está descontento. Ninguno padece la manía de poseer objetos.
Ninguno se arrodilla ante otro ni ante los antepasados que vivieron hace milenios.
Ninguno es respetable o desdichado en toda la faz de la tierra.
Así me muestran su relación conmigo y yo la acepto.
(...)
No pregunto quién eres, eso carece de importancia para mí.
No puedes hacer ni ser más que aquello que yo te inculco. "

Y tú, mar... También a ti me entrego. Adivino lo que quieres decirme,
Desde la playa veo tus dedos que me invitan,
Y pienso que no quieres marcharte sin haberme besado.
Debemos estar un rato juntos: me desnudo y me llevas muy lejos de la costa,
Arrúllame y durmiendo al vaivén de tus olas,
Salpícame de espuma enamorada, que yo sabré pagarte.
Mar violento, tenaz y embravecido,
Mar de respiros profundos y revueltos,
Mar de la sal de la vida, de sepulcros dispuestos aunque no estén cavados,
Rugiente mar que, a capricho, generas tempestades o calmas,
También soy como tú: con uno y muchos rostros
Partícipe del flujo y del reflujo, cantor soy de los odios y de la dulce paz,
Cantor de los amantes que duermen abrazados
También doy testimonio del amor a mis prójimos:
¿Haré sólo inventario de todos mis objetos olvidando la casa que los tiene y cobija?
No soy sólo el poeta de la bondad, acepto también serlo de lo inicuo y lo malvado,
¿Qué son esos discursos que nos cuentan de vicios y virtudes?
El mal me sugestiona, y lo mismo la reforma del mal, mas sigo imperturbable.
¿Soy un inquisidor, un hombre que desprecia cuanto encuentra a su paso?
No soy más que aquel hombre que riega las raíces de todo lo que crece.
¿Te temes que la terca preñez sólo engendre tumores?
¿Pensabas que las leyes que rigen a los astros admiten ser cambiadas?
Encuentro el equilibrio en un lado lo mismo que en su opuesto.
Las doctrinas flexibles nos ayudan lo mismo que ayudan las más firmes,
Las ideas y acciones del presente nos despiertan y mueven,
Ningún tiempo es más bueno para mí que este ahora que me viene a lo largo de millones de siglos.
No hay nada de asombroso en las acciones buenas de antes o de ahora,
Lo asombroso es que siempre existan los malvados o los hombres sin fe.
Se borran el pasado y el presente, pues ya los he colmado y vaciado,
Ahora me dispongo a cumplir mi papel en el futuro.
Tú, que me escuchas allá arriba: ¿Qué tienes que decirme?
Mírame de frente mientras siento el olor de la tarde,
(Háblame con franqueza, no te oyen y sólo estaré contigo unos momentos.)
¿Que yo me contradigo?
Pues sí, me contradigo. Y, ¿qué?
(Yo soy inmenso, contengo multitudes.)
Me dirijo a quienes tengo cerca y aguardo en el umbral:
¿Quién ha acabado su trabajo del día? ¿Quién terminó su cena?
¿Quién desea venirse a caminar conmigo?
Os vais a hablar después que me haya ido, cuando ya sea muy tarde para todo?
Ya he dicho que el alma no vale más que el cuerpo,
Y he dicho que el cuerpo no vale más que el alma,
Y que nada, ni Dios, es más grande para uno que uno mismo,
Que aquel que camina sin amor una legua siquiera, camina amortajado hacia su propio funeral,
Que tú o yo, sin tener un centavo, podemos adquirir lo mejor de este mundo,
Que el mirar de unos ojos o el guisante en su vaina confunden el saber que los tiempos alcanzan,
Que no hay oficio ni profesión tan bajos que el joven que los siga no pueda ser un héroe,
Que el objeto más frágil puede servir de eje a todo el universo,
Y digo al hombre o mujer que me escucha:
"Que se eleve tu alma tranquila y sosegada ante un millón de mundos."
Y digo a la humanidad: "No te inquietes por Dios,
Porque yo, que todo lo interrogo, no dirijo mis preguntas a Dios,
(No hay palabras capaces de expresar mi postura tranquila ante Dios y la muerte.)
Escucho y veo a Dios en cada cosa, pero no le comprendo,
Ni entiendo que haya nada en el mundo que supere a mi yo.
¿Por qué he de desear ver a Dios mejor de lo que ahora le veo?
Veo algo de Dios cada una de las horas del día, y cada minuto que contiene esas horas,
En el rostro de los hombres y mujeres, en mi rostro que refleja el espejo, veo a Dios,
Encuentro cartas de Dios por las calles, todas ellas firmadas con su nombre,
Y las dejo en su sitio, pues sé que donde vaya
Llegarán otras cartas con igual prontitud.





Me celebro y me canto a mí mismo

[Poema - Texto completo.]
Walt Whitman


Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo asuma tú también habrás de asumir,
Pues cada átomo mío es también tuyo.
Vago al azar e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo sobre la tierra,
Para contemplar un tallo de hierba.
Mi lengua, cada molécula de mi sangre formada por esta tierra y este aire.
Nacido aquí de padres cuyos padres nacieron aquí y
Cuyos padres también aquí nacieron.
A los treinta y siete años de edad, gozando de perfecta salud,
Comienzo y espero no detenerme hasta morir.
Que se callen los credos y las escuelas,
Que retrocedan un momento, conscientes de lo que son y
Sin olvidarlo nunca.
Me brindo al bien y al mal, me permito hablar hasta correr peligro.
Naturaleza sin freno, original energía.


 Emily Dickinson



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(Amherst, 1830 - id., 1886) Poetisa estadounidense cuya obra, por su especial sensibilidad, misterio y profundidad, ha sido celebrada como una de las más grandes de habla inglesa de todos los tiempos.
Su padre, miembro del Congreso y tesorero del Amherst College, fue un abogado culto y austero, según el estilo burgués de Nueva Inglaterra. Dickinson estudió en la Academia de Amherst y en el seminario Femenino de Mount Holyoke, en Massachussets, donde recibió una rígida educación calvinista que dejó huellas en su personalidad y a la que se enfrentaría con su carácter escéptico. A través de Benjamín F. Newton conoció muy temprano la obra de Emerson. También leyó a Thoreau, a Hawthorne y a Beecher Stowe. 

Muy pronto decidió aislarse del mundo, manteniendo contacto solamente con unas pocas amistades, como el escritor Samuel Boswell, con quien sostuvo una larga correspondencia. A los veintitrés años, Dickinson tenía conciencia de su propia vocación casi mística, y a los treinta su alejamiento del mundo era ya absoluto, casi monástico. Retirada en la casa paterna, se dedicaba a las ocupaciones domésticas y garabateaba en pedazos de papel (con frecuencia ocultados en los cajones) sus apuntes y versos que, después de su muerte, se revelaron como uno de los logros poéticos más notables de la América del siglo XIX. En su aislamiento sólo vistió de color blanco ("mi blanca elección", según sus propias palabras), rasgo que expresaba la ética y transparencia de su poesía.
Uno de sus biógrafos escribió acerca de su naturaleza poética: "Era una especialista de la luz". Su escritura puede ser descrita como producto de la soledad, del retiro de cualquier tipo de vida social, incluida la relativa a la publicación de sus poemas. De ella dijo Jorge Luis Borges: "No hay, que yo sepa, una vida más apasionada y solitaria que la de esa mujer. Prefirió soñar el amor y acaso imaginarlo y tenerlo". Algunos de sus poemas reflejan la decepción que sufrió por un amor (dirigía cartas a un hombre al que llamaba "Master", del que no se conoce su verdadero nombre), y la ulterior sublimación y trasvase de ese amor a Dios.
Sus primeros poemas fueron convencionales, según el estilo corriente de la poesía en esos momentos, pero ya a comienzos de 1860 escribió versos más experimentales, sobre todo en lo que respecta al lenguaje y a los elementos prosódicos. Su escritura se volvió melódica y a la vez precisa, despojada de palabras superfluas y exploradora de nuevos ritmos, unas veces lentos y otras veloces, según el momento y la intención y no como un patrón rígido, como era usual. Su poesía devino intelectual y meditativa, sin que esto supusiera una merma de su sensibilidad.
Actualmente algunos especialistas subrayan esa complejidad intelectual, pues por lo general la crítica había jerarquizado su lirismo como un valor supremo, o su feminidad como categoría poética que la separaba de los demás autores norteamericanos. En su poesía pesan la extrañeza y la oscuridad como cualidades esenciales, y la sutilidad dialéctica entre las imágenes, las sensaciones y los conceptos. Influyó en poetas posteriores (como E. Bishop, A. Rich, W. Stevens y otros) por esa capacidad de crear un lenguaje a la vez metafísico y emotivo. 
 Únicamente cinco de sus composiciones poéticas fueron publicadas, con carácter anónimo, durante la vida de la autora. Hasta pasados cuatro años de su muerte no se publicó su primer poemario; posteriormente, a lo largo de sucesivas ediciones, llegaron a rescatarse alrededor de 1.800 poemas. No fue hasta a partir de 1920 que Dickinson alcanzó su posición prominente en la historia de la literatura norteamericana. En este aspecto constituyó una fecha notable el año 1924, en el que su sobrina Martha Dickinson Bianchi publicó The Life and Letters of Emily Dickinson, texto al cual opuso Geneviève Taggard en 1930 The Life and Mind of Emily Dickinson.


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John Morse, Retrato de Emily Dickinson

335

No es Morir lo que más duele—
Es vivir—nos duele más—
Pero Morir—es algo distinto—
Oculto tras la Puerta—

La Costumbre del Sur—del Pájaro—
Que antes de que llegue la Helada—
Acepta una mejor Latitud—
Somos—los pájaros—que se quedan.

Los que tiemblan junto a la puerta del Campesino—
Rogando unas Migajas—
Hasta que las piadosas Nieves
Nos Empujan a volar a Casa.

1472

Ver el Cielo en Verano
Es Poesía, aunque no esté escrito en ningún Libro—
Los Verdaderos Poemas huyen—

165

Un Ciervo Herido–salta más alto–
Oí al Cazador decir–
Pero es sólo el Éxtasis de la muerte–
¡Luego los Helechos enmudecen!

¡El agua brota de la Grieta!
¡Surge del Acero hendido!
¡Una mejilla siempre está más roja
Allí donde la Fiebre sube!

La Alegría es Portadora de la Angustia––
y en ella Cauta se Escuda,
No sea que alguien advierta la sangre
¡Y exclame “te han herido”!

133

El agua se aprende por la sed.
La Tierra—por los Océanos atravesados.
El Éxtasis—por la agonía—
La Paz—la cuentan las batallas—
El Amor, por el Hueco de la Memoria—
Los Pájaros, por la Nieve.

XX

Pruebo un licor jamás destilado—
En jarras de Perlas—
¡No todas cubas junto al Rin
Producen semejante alcohol!

Ebria de aire—estoy—
Y Embriagada de Rocío—
Tambaleándome—los interminables días de verano—
Por posadas de Incandescente Azul—

Cuando los Dueños echen a la Abeja borracha
Por la puerta de la Dedalera—
Cuando las Mariposas—renuncien a su licor
¡Yo beberé más!

¡Hasta que los Ángeles se quiten sus nevados Sombreros—
Y los Santos—corran a las ventanas—
Para ver a la pequeña Bebedora
Reclinada contra el Sol!

37

El Viento comenzó a mecer la Hierba
Con una Melodía inquietante—
Lanzó una Amenaza a la Tierra—
Una Amenaza al Cielo.

Las Hojas se desprendían de los Árboles—
Y echaban a volar
El Polvo se ahuecó como las Manos
Y ocupó la Carretera

Los Carros se apresuraron por las Calles—
El Trueno se apuró lento—
El rayo mostró su Pico Amarilla—
Y luego una lívida Garra.

Los Pájaros hicieron Barricadas de sus Nidos—
El ganado huyó a los Corrales—
Cayó una gota Gigante de Lluvia
Y luego, como si las Manos

Que contenían los Diques se abrieran
Las Aguas Inundaron el Cielo,
Pero pasaron por alto la Casa de mi Padre—
Sólo descuartizaron un Árbol—
156

Me quieres—estás segura—
No temo equivocarme
No me despertaré engañada
Una complaciente mañana
y descubriré que el Sol se ha ido
¡que los Campos—están desolados
y que mi Amor—se ha marchado!

No debo inquietarme—estás segura.
Nunca llegará la noche
En la que, asustada, corra a tu casa
Y encuentre las ventanas oscuras
Y mi Amor se haya ido—dime
¿Nunca llegará?

Claro que estás segura—sabes
Que lo soportaré mejor ahora
Si me lo dices así
Que si—cuando la Herida
haya sanado
¡Me hieres—otra vez!

1705

Hay Volcanes en Sicilia
Y en Sudamérica
Lo sé por mi Geografía—
Los volcanes más cercanos
Arrojan Lava en cualquier momento
Y me tientan a Escalar—
Un Cráter puedo contemplar
el Vesubio en Casa

314

La “esperanza” es la cosa con plumas—
Que se posa en el alma—
Y canta sin palabras—
Y nunca—nunca—se detiene—

Y en el Temporal—es más dulce—
Y muy herida debía de estar la tormenta—
Que abatió al Pajarito—
Que mantuvo a tantos en calor—

La he oído en la tierra más helada—
Y en el Mar más extraño—
Pero—nunca—ni en casos Extremos,
Me pidió una migaja— a mí.

190

Él era débil, y yo era fuerte—entonces—
Así Dejó que lo guiara—
Yo era débil, y él era fuerte entonces—
Así que dejé que me guiara—a Casa.

No estaba lejos—la puerta estaba cerca—
No estaba oscuro—Él avanzaba—también—
No había ruido, porque él no hablaba—
Eso era lo que más deseaba saber.

El Día llegó—y tuvimos que separarnos—
Ninguno—era más fuerte—ahora—
Luchó—luché—también—
¡No lo hicimos—a pesar de todo!

84

Su pecho es propicio para perlas,
Pero yo no soy un Buceador—
Su frente es propicia para tronos
Pero yo no tengo penacho.
Su corazón es propicio para un hogar—
Yo—un Gorrión—construyo ahí—
Con la dulzura de las ramas
Mi perenne nido.

355

No era la Muerte, pues yo estaba de pie,
Y todos los Muertos están tumbados—
No era la Noche, pues las Campanas
Se agitaban a Mediodía.

No era el Frío, pues en mi Piel
Sentí Sirocos—reptar—
Ni el Fuego—pues mis pies de Mármol
Podían helar un Santuario—

Y sin embargo, se parecía a todas
Las figuras que había visto
Ordenadas para un Entierro,
Y me recordaron al mío—

Como si hubieran recortado mi vida
Y la hubiesen puesto en un marco,
Y no pudiera respirar sin una llave,
Y fuera a Medianoche—

Cuando todo lo que late—se detiene—
Y el Espacio mira a su alrededor—
O las Espeluznantes heladas—los primeros llantos de Otoño,
Levantan la tierra apaleada—

Pero, como el Caos—Interminable—Insolente—
Sin Esperanza, ni Mástil—
Sin siquiera un Informe de Tierra—
Para justificar—la Desesperación.

1720

Si hubiera sabido que el primero era el último
Lo habría conservado más tiempo.
Si hubiera sabido que el último era el primero
Habría bebido más.
Copa, fue tu culpa,
No eran los labios los mentirosos.
No, labios, fue vuestra culpa
Y la dicha más culpable.

292

Si el Valor te abandona—
Vive por encima de Él—
A veces se apoya en la Tumba,
Si teme desviarse—

Es una postura segura—
Nunca se equivocó
En esos brazos de Bronce—
Ni el Mejor de los Gigantes—

Si tu Alma tiembla—
Abre la puerta de la Carne—
La Cobarde necesita Oxígeno—
Nada más—

 La tribu de Frida -

domingo, 25 de septiembre de 2016

TEMA 1. EL ORIGEN DEL MAL. EL ROMANTICISMO

EL ROMANTICISMO INGLÉS
 (No despiertes a la serpiente si no sabe el camino a seguir)

 Caspar David Friedrich - Wanderer above the sea of fog.jpg
Viajero frente a un mar de nubes, de C.D. Friedrich (1818)


Vamos a ver Remando al viento, película de 1988 de Gonzalo Suárez, ganadora de 6 Goyas. Fue uno de los primeros papeles protagonistas de Hugh Grant.
Sus protagonistas son Lord Byron, Mary Shelley y Percy B. Shelley. Estos tres personajes, junto con Polidori, deciden escribir una historia de terror. Como resultado de esta apuesta, Mary Shelley escribió Frankenstein. Se basó en su propia vida y de ella sacó al mítico personaje. Es su mismo reflejo con sus mismas inquietudes. 

El Romanticismo  es la lucha del hombre  contra la sociedad opresora surgida de la Revolución Industrial, coincidiendo con el liberalismo naciente, fruto de  las ideas ilustradas que la invasión napoleónica  extendió por toda Europa.
 
Los Pensamientos nocturnos de E. Young (poeta cementérico como E. Carrere en España y Ugo Foscolo en Italia), las Canciones de la inocencia y de la experiencia de W. Blake y las Baladas de Coleridge, amasaron el prerromanticismo que produjo a los tres grandes poetas del Romanticismo inglés: Lord Byron, P.B. Shelley  y J. Keats.

 Aquí tenéis algunos poemas de estos autores:

La noche, de E. Young
Cuando llega la noche misteriosa,
Todo se calla, todo se adormece;
Ante la vista, todo
Se borra y desparece;
Toda voz se desmaya
En un rumor incierto;
Toda la creación es un desierto,
Y la naturaleza
Hace una pausa y a soñar empieza,
Cual si el mundo variase de camino,
¡Dando, mientras reposa,
Del instante supremo de su muerta
Una idea espantosa!
Entonces en su lúgubre morada
Dice el triste al Destino:

“Si todo duerme, deja
Que descansen las penas en mi pecho;
¡Deja que el sueño llegue
A cerrar las cortinas de mi lecho!
Si a quien sonríe alegre la Fortuna
Dulce te brindas y gozoso vienes,
¿Por qué no das tu paz a los que lloran
¡Oh sueño! sus desdenes
¡Tú suspendes la orgía y los amores
Del rico, que maldice de tu encanto!
¡Oh sueño, ven! ¡Derrama tus favores
En los ojos bañados por el llanto!...”



El niño negro, de W. Blake

Mi madre alumbróme en el yermo sur,
Y yo nací negro, mas oh, mi alma es blanca.
Blanco como un ángel es el niño inglés:
Pero yo soy negro, cual de luz privado.

Mi madre educóme debajo de un árbol,
Y sentados antes del calor del día,
Me puso en su falda, después me dio un beso,
E indicando al este, empezó a decir:

“Mira el sol naciente: allí Dios habita,
Y brinda su luz, su calor obsequia;
Y hombres, bestias, árboles y flores reciben
Solaz en el alba, ventura en la tarde.

Y nos da en la tierra un exiguo tiempo
para que aprendamos a sobrellevar del amor los rayos;
Y estos cuerpos negros, y este ardiente rostro,
Son sólo una nube, cual bosque sombrío.

Cuando nuestras almas el calor resistan,
La nube se irá, oiremos su voz:
“Salid de la fronda, mis hijos amados,
Y en torno a mi tienda gozad cual corderos”.

Así habló mi madre, después me besó,
Y así yo le digo al pequeño inglés:
Cuando ambos de negra y alba nube libres,
En torno a la tienda de Dios retocemos,

Del sol guardarelo hasta que al fin pueda
Feliz reclinarse sobre nuestro padre;
Después tocaré su pelo de plata,
Seré como él y ha de amarme entonces.
 
 
No volveremos a vagar, de J. Byron
 
No volveremos a vagar

Así es, no volveremos a vagar
Tan tarde en la noche,
Aunque el corazón siga amando
Y la luna conserve el mismo brillo.

Pues así como la espada gasta su vaina,
Y el alma consume el pecho,
Asimismo el corazón debe detenerse a respirar,
E incluso el amor debe descansar.

Aunque la noche fue hecha para amar,
Y los días vuelven demasiado pronto,
Aún así no volveremos a vagar
A la luz de la luna.

 
 Filosofía del amor, de P.B. Shelley

Las fuentes se unen con el río
y los ríos con el Océano.
Los vientos celestes se mezclan
por siempre con calma emoción.
Nada es singular en el mundo:
todo por una ley divina
se encuentra y funde en un espíritu.
¿Por qué no el mío con el tuyo?

Las montañas besan el Cielo,
las olas se engarzan una a otra.
¿Qué flor sería perdonada
si menospreciase a su hermano?
La luz del sol ciñe a la tierra
y la luna besa a los mares:
¿para qué esta dulce tarea
si luego tú ya no me besas?


La película está basada en el relato de Mary, siguiendo con bastante fidelidad la errática, extravagante y suicida existencia de sus protagonistas.

 La película:

ACTIVIDADES: (Entrega Jueves 29/09/16)
1.- Después de ver la película, elabora una presentación (en Power-point, Prezi o Drive) con los siguientes puntos:
1.a. Las principales semejanzas entre la vida  real de  Byron, Mary y P. Shelley, y la que se recrea  en la película.
1.b. Un pequeño comentario personal  sobre el significado de la novela Frankenstein o el moderno Prometeo.
1.c. Los diálogos de la película son muy buenos. Elige de entre cinco a diez frases que te parezcan dignas de comentario, indica quién las dice en cada caso  y expresa tu opinión sobre ellas.


APÉNDICE (De mujeres y escritores de Huelva)


La mejor cosa del mundo.
The Best Thing in the World, Elizabeth Barrett Browning (1806-1861)


¿Cuál es la mejor cosa del mundo?
Las rosas de junio perladas por el rocío de mayo;
El dulce viento del sur diciendo que no lloverá;
La Verdad, con los amigos despojada de crueldad;
La Belleza, no envanecida hasta agotar su orgullo;
El Amor, cuando somos amados de nuevo.
¿Cuál es la mejor cosa del mundo?
Algo fuera de él, pienso.

¿Cómo te amo?, déjame contar las formas,
Sonetos de la Portuguesa,  Elizabeth Barrett Browning (1806-1861)

¿Cómo te amo?, déjame contar las formas,
te amo hasta la profundidad y la extensión y altura
que puede alcanzar mi alma, cuando busca a ciegas
los límites del ser y de la gracia ideal.

Te amo hasta el nivel más habitual,
de silenciosa necesidad, a la luz del sol y el candelabro.
Te amo con la libertad con que se opone el hombre a la injusticia;
Te amo con la pureza de quien desdeña los elogios.

Te amo con pasión exacerbada por mis viejas penas,
y con la fe inocente de mi infancia.
Te amo con el amor que me pareció haber perdido

cuando deje de creer en los santos - ¡Te amo con el aliento,
sonrisas, lágrimas, de mi vida entera! - Y si Dios lo quisiera,
te amaré aún mejor después de la muerte.



POEMA IX 

 De Sol, Juan Cobo Wilkins (1957)


Con la voz animal del unicornio blanco
canta el mar mientras el río lo penetra.
El río desemboca. Todo el aire
es una selva nevada de vilanos.
Estaba el mar sereno como el pecho
yacente de un doncel, y el río
le iba entrando lentamente agua dulce
y el agua dulce entraba, se bebían
en el agua salobre.

No es a morir a lo que van los ríos a la mar.



martes, 20 de septiembre de 2016

TEMA 2. LA POESÍA FRANCESA DE FIN DE SIGLO

DEL POSROMATICISMO AL SIMBOLISMO (A modo de breve introducción a Baudelaire)    



EL PARNASIANISMO BUSCA UNA BELLEZA INTEMPORAL, CLÁSICA, ESCULTÓRICA. NACIMIENTO DE VENUS, POR BOUGUEREAU
Frente a concepciones utilitaristas, educativas, didácticas del arte se levanta la voz del más joven representante de la generación romántica, Théophile de Gautier, el organizador y capitán de la hueste romántica en el estreno de Hernani, que lanzará la consigna en la que se resume el ideal del nuevo ciclo poético que ahora se abre: L´art pour l´art (El arte para el arte), una reivindicación de la total autonomía e inutilidad de la creación estética:

"A los utilitarios, utopistas, economistas, saint-simonistas y otros que pregunten (al poeta) con qué riman sus versos, él responderá: el primer verso rima con el segundo, cuando la rima no es mala, y así sucesivamente.
- ¿Para qué sirve?
- Sirve para ser bello. ¿No es bastante? Como las flores, como los perfumes como los pájaros, como todo lo que el hombre no ha podido depravar con su uso. En general, desde que una cosa se vuelve útil, deja de ser bella."
(T. Gautier)

Gautier rechaza la poesía como vehículo de ideas, ya sean conservadoras o progresistas, a diferencia de Hugo, por ejemplo, que consideraba la poesía como un instrumento al servicio de la idea de Progreso de la Humanidad (recordad a Gabriel Celaya, "La poesía es un arma cargada de futuro"). Gautier se niega a involucrar el arte en el debate político o social y propugnaba un aristocrático apartamiento de la cotidianidad, simbolizado en la famosa metáfora de la "torre de marfil", espacio de aislamiento, de superioridad y de belleza, en que el artista, desdeñoso con el mundo y sus valores, se recluye.

Junto al rechazo de la "utilidad", la poética de Gautier revisa y critica duramente alguna de las propuestas románticas, sobre todo el exceso sentimental y subjetivo; defiende, por el contrario, la idea de serenidad, de distanciamiento, de "impasibilidad"; el poema no es confesión, sentimientos o arrebatos de un yo que trasluce siempre en sus versos, y que no tiene como resultado sino una forma degradada de arte, sino, fundamentalmente, un objeto bien hecho,  no a partir de una ciega y caprichosa inspiración, sino de la inteligencia y la técnica.

Esta idea del poeta como "artesano", una de la más fecundas de la poesía moderna, resuena en la obra de Baudelaire, Mallarmé, Pound o, en España, en autores como Juan Ramón Jiménez o Jorge Guilén, entre otros.

En el siguiente vídeo se recorre la vida de Baudelaire y  las principales líneas poéticas del padre del Simbolismo.



 LAS FLORES DEL MAL, de Charles Baudelaire
 Resultado de imagen de las flores del mal baudelaire

CORRESPONDENCIAS

La natura es un templo donde vivos pilares
dejan salir a veces sus confusas palabras;
por allí pasa el hombre entre bosques de símbolos
que lo observan atentos con familiar mirada.

Como muy largos ecos de lejos confundidos
en una tenebrosa y profunda unidad,
vasta como la noche, como la claridad,
perfumes y colores y sones se responden.

Hay perfumes tan frescos como carnes de niños,
dulces como el oboe, verdes como praderas,
y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes,

que la expansión poseen de cosas infinitas,
como el almizcle, el ámbar, el benjuí y el incienso,
que cantan los transportes del alma y los sentidos.

1. LA DESTRUCCIÓN
de Charles Baudelaire
Nota: Poema número 109 de Las flores del mal (edición de 1861).
Incesante a mi vera se agita el Demonio;
Flota alrededor mío como un aire impalpable;
Lo aspiro y lo siento que quema mis pulmones
Y los llena de un deseo eterno y culpable.
A veces toma, sabiendo mi gran amor al Arte,
La forma de la más seductora de las mujeres,
Y, bajo especiosos pretextos de tedio,
Habitúa mis labios a filtros infames.
Me conduce así, lejos de la mirada de Dios,
Jadeante y destrozado por la fatiga, en medio
De las llanuras del Hastío, profundas y desiertas,
Y despliega ante mis ojos llenos de confusión
Vestimentas mancilladas, heridas abiertas,
¡Y el aparejo sangriento de la Destrucción!

2.UNA MÁRTIR
(Dibujo de un maestro desconocido)
de Charles Baudelaire
Nota: Poema número 110 de Las flores del mal (edición de 1861).
________________________________________
En medio de los frascos, de las telas recamadas
Y de los muebles voluptuosos,
Mármoles, cuadros, ropas perfumadas
Se arrastran en pliegues suntuosos,
En una alcoba tibia donde, como en un invernáculo,
El aire es peligroso y fatal,
Donde los ramilletes moribundos en sus féretros de vidrio
Exhalan su suspiro final,
Un cadáver sin cabeza derrama, cual un río,
Sobre la almohada desalterada
Una sangre roja y vivida con la que la tela se abreva
Con la avidez de un prado.
Semejante a las visiones pálidas que engendran la sombra
Y que nos encadenan los ojos,
La cabeza, con el montón de sus crines oscuras
Y de sus joyas preciosas,
Sobre el velador, como una ranúncula,
Reposa; y, vacía de pensamientos,
Una mirada vaga y pálida como un crepúsculo
Se escapa de sus ojos revulsivos.
Sobre el lecho, el tronco desnudo sin escrúpulos exhibe
En el más completo abandono
El secreto esplendor y la belleza fatal
De que la natura le hizo don;
Una media rosada, bordada de oro, en la pierna,
Como un recuerdo ha quedado;
La liga, cual un ojo secreto que fulgura,
Clava una mirada diamantina.
El singular aspecto de esta soledad
Y de un gran retrato lánguido,
Con ojos provocadores como su actitud,
Revela un amor tenebroso,
Un júbilo culpable y festejos extraños
Llenos de besos infernales,
Con los que se regocija el enjambre de ángeles malos
Flotando en los pliegues de los cortinados;
Y empero, al contemplar la delgadez elegante
Del hombro de contorno anguloso,
La cadera un poco puntiaguda y la cintura airosa
Cual un reptil irritado,
¡Ella es aún muy joven! —Su alma exasperada
Y sus sentimientos por el hastío mordidos,
¿Estuvieron entreabiertos a la jauría alterada
Los deseos errantes y perdidos?
El hombre vengativo, viviente, que tú no has podido,
Malgrado tanto amor, saciar,
¿Colmó sobre tu carne inerte y complaciente
La inmensidad de su deseo?
¡Responde, cadáver impuro! y por tus trenzas rígidas
Levantándote con un brazo febriciente,
Dime, cabeza horrenda, sobre tus dientes fríos,
¿No estampó él su suprema despedida?
—Lejos del mundo burlón, lejos de la multitud impura,
Lejos de los magistrados curiosos,
Duerme en paz, duerme en paz, extraña criatura,
En tu tumba misteriosa;
Tu esposo corre por el mundo y tu forma inmortal
Vela cerca suyo cuando él duerme;
Tanto como tú sin duda él te será fiel
Y constante hasta la muerte.

3.MUJERES CONDENADAS
de Charles Baudelaire
Nota: Poema número 111 de Las flores del mal (edición de 1861).
________________________________________
Como bestias meditabundas sobre la arena tumbadas,
Ellas vuelven sus miradas hacia el horizonte del mar,
Y sus pies se buscan y sus manos entrelazadas
Tienen suaves languideces y escalofríos amargos.
Las unas, corazones gustosos de las largas confidencias,
En el fondo de bosquecillos donde brotan los arroyos,
Van deletreando el amor de tímidas infancias
Y cincelan la corteza verde de los tiernos arbustos;
Otras, cual religiosas, caminan lentas y graves,
A través de las rocas llenas de apariciones,
Donde San Antonio ha visto surgir como de las lavas
Los pechos desnudos y purpúreos de sus tentaciones;
Las hay, a la lumbre de resinas crepitantes,
Que en la cavidad muda de los viejos antros paganos
Te apelan en auxilio de sus fiebres aullantes,
¡Oh, Baco, adormecedor de remordimientos pasados!
Y otras hay, cuya garganta gusta de los escapularios,
Que, barruntando una fusta bajo sus largas vestimentas,
Mezclan, en el bosque sombrío y las noches solitarias,
La espuma del placer con las lágrimas de los tormentos.
¡Oh vírgenes, oh demonios, oh monstruos, oh mártires,
De la realidad, grandes espíritus desdeñosos,
Buscadoras del infinito, devotas y sátiras,
Ora llenas de gritos, ora llenas de lágrimas,
Vosotras que hasta vuestro infierno mi alma ha perseguido,
Pobres hermanas mías, yo os amo tanto como os compadezco,
Por vuestros tristes dolores, vuestra sed insaciable,
¡Y las urnas de amor del que vuestros corazones desbordan!

4. LAS DOS BUENAS HERMANAS.
de Charles Baudelaire
Nota: Poema número 112 de Las flores del mal (edición de 1861).
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La Licencia y la Muerte son dos gentiles rameras,
Pródigas de besos y ricas en salud,
Cuyo vientre siempre virgen y cubierto de andrajos
En la incesante labor jamás ha procreado.
Al poeta siniestro, enemigo de las familias,
Favorito del infierno, cortesano mal rentado,
Tumbas y lupanares muestran bajo sus atractivos
Un lecho que el remordimiento jamás ha frecuentado
Y la tumba y la alcoba, en blasfemias fecundas
Nos ofrendan, vez a vez, como dos buenas hermanas,
Terribles placeres y horrendas dulzuras.
¿Cuándo quieres enterrarme, Licencia, la de los brazos inmundos?
¡Oh, Muerte! ¿Cuándo vendrás, su rival en atractivos,
Para mezclar sus mirtos infectos con tus negros cipreses?

5.LA FUENTE DE SANGRE
de Charles Baudelaire
Nota: Poema número 113 de Las flores del mal (edición de 1861).
________________________________________
Me parece a veces que mi sangre corre a raudales,
Cual una fuente con rítmicos sollozos.
La escucho bien que corre con un prolongado murmullo,
Pero, me palpo en vano para encontrar la herida.
A través de la ciudad, como en un campo cercado,
Se marcha, transformando los adoquines en islotes,
Saciando la sed de cada criatura,
Y en todas partes colorando de rojo la natura.
He implorado frecuentemente a los vinos capitosos
Adormecieran sólo un día el terror que me consume;
¡Qué el vino hace ver más claro y afina más el oído!
He buscado en el amor un sueño olvidadizo;
Mas el amor no es para mí sino un colchón de agujas
¡Hecho para dar de beber a esas crueles mujeres!

6. ALEGORÍA
de Charles Baudelaire
Nota: Poema número 114 de Las flores del mal (edición de 1861).
________________________________________
Es una mujer hermosa y de rica prestancia,
Que deja en el vino arrastrar su cabellera.
Las zarpas del amor, los venenos del garito,
Todo se desliza y embota en el granito de su piel.
Ella se ríe de la Muerte y burla del Libertinaje,
Esos monstruos cuya mano, que siempre araña y rasga,
En sus juegos dañinos y, sin embargo, respetada
De su cuerpo firme y erecto la ruda majestad.
Camina como diosa y reposa cual sultana;
Pone en el placer la fe mahometana,
Y con sus brazos abiertos, que abarcan sus pechos,
Atrae las miradas de los seres humanos.
Ella cree, ella sabe, esta virgen infecunda,
Y, por consiguiente, necesaria para la marcha del mundo,
Que la belleza del cuerpo es un sublime don
Que de toda infamia arranca el perdón.
Ignora el Infierno tanto como el Purgatorio,
Y cuando la hora llegue de entrar en la Noche negra,
Ella mirará el rostro de la Muerte,
Como a un recién nacido, —sin odio y sin remordimiento.


7. El CUPIDO Y EL CRÁNEO.
(Vieja viñeta)
de Charles Baudelaire
Nota: Poema número 117 de Las flores del mal (edición de 1861).
________________________________________
Cupido está sentado sobre el cráneo
De la Humanidad,
Y sobre este trono el profano,
Con risa desvergonzada,
Sopla alegremente burbujas redondas
Que suben en el aire,
Como para alcanzar los mundos
En el fondo del éter.
El globo luminoso y frágil
Toma un gran impulso,
Estalla y escupe su alma sutil
Como un sueño dorado.
Escucho al cráneo, en cada burbuja
Rogar y gemir:
—”Este juego feroz y ridículo,
¿Cuándo debe concluir?
Porque lo que tu boca cruel
Desparrama en el aire,
Monstruo asesino, es mi cerebro,
¡Mi sangre y mi carne!”

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 STEPHAN MALLARMÉ (1842-1898)






El hijo pródigo

[Poema - Texto completo.]
Stéphan Mallarmé


I
En aquellas en quienes el amor es una naranja seca
Que preserva un viejo perfume sin el néctar bermejo,
Busqué el Infinito que hace pecar al hombre
Y sólo hallé un Abismo enemigo del sueño.
−¡El Infinito; sueño altivo que mece en su oleaje
Los árboles y los corazones como arena fina!
−Un Abismo, erizado de zarzas ásperas, donde rueda
Un fétido torrente de afeites mezclados con vino!
II
Oh, la mística, oh la sangrante, oh la enamorada,
Loca de aromas de cirio y de incienso, que no supiste
Qué Demonio te retorcía el atardecer en que, doliente,
Puliste un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús.
Tus rodillas endurecidas por las oraciones ensoñadoras,
Beso, y tus pies también que calmarían el mar.
Quiero hundir mi cabeza en tus muslos nerviosos
Y llorar mi error bajo tu cilicio amargo:
Allí, santa mía, embriagado por perfumes extáticos,
Olvidando el negro Abismo y el Infinito amado,
Luego de haber cantado muy quedo largos cánticos
Adormeceré mi mal sobre tu fresca carne.





Una negra

[Poema - Texto completo.]
Stéphan Mallarmé


Una negra por el demonio sacudida
Quiso en un niño triste gustar de nuevos frutos
Y criminales bajo su veste agujereada.
Esta voraz prepara sus trabajos astutos;
Con su vientre compara los airosos pezones
Y allá donde la mano no consigue ascender
Eleva el golpeteo sordo de sus tacones
Como una rara lengua torpe para el placer.
Contra la desnudez miedosa de gacela
Que tiembla, sobre el dorso, como un gran elefante
Enajenada aguarda y se admira y encela
Y ríe con sus dientes ingenuos al infante.
Y entre sus piernas donde su victima se acuesta,
Bajo la crin la negra piel abierta al azar,
La extraña boca su paladar manifiesta
Pálido y rosa como un caracol de mar.

Un golpe de dados jamás abolirá el azar

Nunca
Aunque Lanzada En Circunstancias
Eternas Desde el fondo de un Naufragio
Ya sea que el Abismo blanqueado
quieto furioso
bajo una inclinación
plana desesperadamente
de ala
la suya vuelta a caer de antemano por una dificultad para enderezar el vuelo
y cubriendo los brotes
cortando al ras los saltos
muy en el interior resume
la sombra hundida en la profundidad por esa vela alternativa
hasta adaptar
a la envergadura
su boquiabierta profundidad en tanto que el casco
de un navío
inclinado hacia una o otra borda
EL PATRÓN fuera de antiguos cálculos
en que la maniobra con la edad olvidada
surgido
infiriendo antaño empuñaba la barra
de esta conflagración a sus pies
del horizonte unánime
que se prepara
se agita y mezcla
en el puño que lo apretaría
como se amenaza a un destino y los vientos
el único Número que no puede ser otro
Espíritu
para lanzarlo
en la tempestad
replegar su división y pasar orgulloso
vacila
cadáver por el brazo separado del secreto que detenta
antes
que jugar
como maníaco canoso
la partida
en nombre de las olas
una invada al jefe
fluya como barba sumisa
naufraga eso directo del hombre
sin nave
en cualquier
sitio vana
ancestralmente para no abrir la mano
crispada
más allá de la inútil cabeza
legado en la desaparición
al alguien
ambiguo
el ulterior demonio inmemorial
habiendo
de comarcas nulas
inducido
al viejo hacia esa conjunción suprema con la probabilidad
aquél
su sombra pueril
acariciada y pulida y devuelta y lavada
suavizada por la ola y sustraída
a los duros huesos perdidos entre las tablas
nacido
de un retozar
con el mar por el abuelo tentando o el abuelo contra el mar
una oportunidad ociosa
Esponsales
cuyo
velo de ilusión refleja su obsesión
así como el fantasma de un gesto
titubeará
encallará
locura ABOLIRÁ
COMO SI
Una insinuación simple
al silencio enroscada con ironía
o
el misterio
precipitado
aullado
en algún cercano torbellino de hilaridad y de horror
revolotea alrededor del remolino
sin alfombrarlo
ni huir
y le acuna el virgen índice
COMO SI
pluma solitaria extraviada
salvo que la encuentre o la roce una toca de medianoche
e inmovilice
en el terciopelo arrugado por una carcajada sombría
esa blancura rígida
irrisoria
en oposición al cielo
demasiado
para no marcar
exigüamente
cualquier
príncipe amargo con el escollo
se lo encasqueta como lo heroico
irresistible pero contenido
por su pequeña razón viril
fulminante
preocupado
expiatorio y púber
mudo reír
que
El lúcido y señorial copete de vértigo
en la frente invisible
centellea
luego cubre de sombra
una estatura amable tenebrosa de pie
en su torsión de sirena
el tiempo
de abofetear
con impacientes escamas últimas bifurcadas
a una roca
falsa morada
enseguida
evaporado en brumas
que impuso
un mojón al infinito
SI
nacido estelar
EXISTIERA
COMENZARA Y CESARA
SE CIFRARA
ILUMINARA
Cae
la pluma
rítmica suspensa de lo siniestro
sepultarse
en las espumas originales
no ha mucho de donde sobresaltó su delirio hasta una cima
marchita
por la neutralidad idéntica del remolino
SERÍA
de otro modo que como alucinación dispersa de agonía
brotando aunque negado y cerrado aparecido
al fin
por alguna profusión diseminada como rareza
evidencia de la suma por poco que una
peor
no
más ni menos
indiferentemente pero tanto como EL AZAR
ERA EL NÚMERO
NADA
de la memorable crisis
si no se hubiera
el acontecimiento llevado a cabo con vistas a todo resultado nulo
humano
HABRÁ TENIDO LUGAR
SINO EL LUGAR
una elevación corriente vierte la ausencia
inferior chapoteo cualquiera como para dispersar el acto vacío
abruptamente que si no
por su mentira
hubiera fundado
la perdición
en esos parajes
del baldío
en que toda realidad se disuelve
EXCEPTO
QUIZÁ
en la gran altitud
tan lejos como un sitio fusiona con más allá
fuera del interés
en cuanto a él señalado
en general
según tal oblicuidad por tal declividad
de fuegos
hacia
debe ser
el Septentrión también Norte
fría de olvido y de obsolescencia
no tanto
que no enumere
sobre alguna superficie vacante y superior
el choque sucesivo
sideralmente
de una cuenta total en formación
velando
dudando
rodando
brillando y meditando
antes de detenerse
en algún punto último que la consagre
Todo Pensamiento emite una Tirada de Dados
UNA CONSTELACIÓN.


ARTHUR RIMBAUD (1854-1891)
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 El barco ebrio

La galerna bendijo mi despertar marino,
más ligero que un corcho por las olas bailé
––olas que, eternas, rolan los cuerpos de sus víctimas––
¬diez noches, olvidando el faro y su ojo estúpido.
Agua verde más dulce que las manzanas ácidas
en la boca de un niño mi casco ha penetrado,
y rodales azules de vino y vomitonas
me lavó, trastocando el ancla y el timón.
Desde entonces me baño inmerso en el Poema
del Mar, infusión de astros y vía lactescente,
sorbiendo el cielo verde, por donde flota a veces,
pecio arrobado y pálido, un muerto pensativo.
Y donde, de repente, al teñir los azules,
ritmos, delirios lentos, bajo el fulgor del día,
más fuertes que el alcohol, más amplios que las liras,
fermentan los rubores amargos del amor.
Sé de cielos que estallan en rayos, sé de trombas,
resacas y corrientes; sé de noches… del Alba
exaltada como una bandada de palomas.
¡Y, a veces, yo sí he visto lo que alguien creyó ver!
He visto el sol poniente, tinto de horrores místicos,
alumbrando con lentos cuajarones violetas,
que recuerdan a actores de dramas muy antiguos,
las olas, que a lo lejos, despliegan sus latidos.






El  durmiente del valle

[Poema - Texto completo.]
Arthur Rimbaud


Un hoyo de verdor, por el que canta un río
enganchando, a lo loco, por la yerba, jirones
de plata; donde el sol de la montaña altiva
brilla: una vaguada que crece en musgo y luz.
Un soldado, sin casco y con la boca abierta,
bañada por el berro fresco y azul su nuca,
duerme, tendido, bajo las nubes, en la yerba,
pálido, en su lecho, sobre el que llueve el sol.
Con sus pies entre gladios duerme y sonríe como
sonríe un niño enfermo; sin duda está soñando:
Natura, acúnalo con calor: tiene frío.
Su nariz ya no late con el olor del campo;
duerme en el sol; su mano sobre el pecho tranquilo;
con dos boquetes rojos en el lado derecho.






Vocales

[Poema - Texto completo.]
Arthur Rimbaud


A negro, E blanco, I rojo, U verde, O azul: vocales
algún día diré vuestro nacer latente:
negro corsé velludo de moscas deslumbrantes,
A, al zumbar en tomo a atroces pestilencias,
calas de umbría; E, candor de pabellones
y naves, hielo altivo, reyes blancos, ombelas
que tiemblan. I, escupida sangre, risa de ira
en labio bello, en labio ebrio de penitencia;
U, ciclos, vibraciones divinas, verdes mares,
paz de pastos sembrados de animales, de surcos
que la alquimia ha grabado en las frentes que estudian.
O, Clarín sobrehumano preñado de estridencias
extrañas y silencios que cruzan Mundos y Ángeles:
O, Omega, fulgor violeta de Sus Ojos.


 PAUL VERLAINE (1844-1896)
 



 Poema "A una mujer"



 
 http://elrincondemisdesvarios.blogspot.com.es/2013/02/didier-lourenco-pintor-catalan.html





Canción de otoño

[Poema - Texto completo.]
Paul Verlaine


Los sollozos más hondos
del violín del otoño
son igual
que una herida en el alma
de congojas extrañas
sin final.
Tembloroso recuerdo
esta huida del tiempo
que se fue.
Evocando el pasado
y los días lejanos
lloraré.
Este viento se lleva
el ayer de tiniebla
que pasó,
una mala borrasca
que levanta hojarasca
como yo.

 Versión original en francés:  Chanson d'automne

Les sanglots longs
Des violons
De l'automne
Blessent mon coeur
D'une langueur
Monotone.

Tout suffocant
Et blême, quand
Sonne l'heure,
Je me souviens
Des jours anciens
Et je pleure

Et je m'en vais
Au vent mauvais
Qui m'emporte
Deçà, delà,
Pareil à la
Feuille morte.







El hogar y la lámpara…

[Poema - Texto completo.]
Paul Verlaine

El hogar y la lámpara de resplandor pequeño;
la frente entre las manos en busca del ensueño;
y los ojos perdidos en los ojos amados;
la hora del té humeante y los libros cerrados;
el dulzor de sentir fenecer la velada,
la adorable fatiga y la espera adorada
de la sombra nupcial y el ensueño amoroso.
¡Oh! ¡Todo esto, mi ensueño lo ha perseguido ansioso,
sin descanso, a través de mil demoras vanas,
impaciente de meses, furioso de semanas!








Green

[Poema - Texto completo.]
Paul Verlaine


Te ofrezco entre racimos, verdes gajos y rosas,
mi corazón ingenuo que a tu bondad se humilla;
no quieran destrozarlo tus manos cariñosas,
tus ojos regocije mi dádiva sencilla.
en el jardín umbroso mi cuerpo fatigado
las auras matinales cubrieron de rocío;
como en la paz de un sueño se deslice a tu lado
el fugitivo instante que reposar ansío.
Cuando en mis sienes calme la divina tormenta,
reclinaré, jugando con tus bucles espesos,
sobre tu núbil seno mi frente soñolienta,
sonora con el ritmo de tus últimos besos.





Las conchas

[Poema - Texto completo.]
Paul Verlaine


Cada concha incrustada
En la gruta donde nos amamos,
Tiene su particularidad.
Una tiene la púrpura de nuestras almas,
Hurtada a la sangre de nuestros corazones,
Cuando yo ardo y tú te inflamas;
Esa otra simula tus languideces
Y tu palidez cuando, cansada,
Me reprochas mis ojos burlones;
Esa de ahí imita la gracia
De tu oreja, y aquella otra
Tu rosada nuca, corta y gruesa;
Pero una, entre todas, es la que me turba.






Mi sueño

[Poema - Texto completo.]
Paul Verlaine


Sueño a menudo el sueño sencillo y penetrante
de una mujer ignota que adoro y que me adora,
que, siendo igual, es siempre distinta a cada hora
y que las huellas sigue de mi existencia errante.
Se vuelve transparente mi corazón sangrante
para ella, que comprende lo que mi mente añora;
ella me enjuga el llanto del alma cuando llora
y lo perdona todo con su sonrisa amante.
¿Es morena ardorosa? ¿Frágil rubia? Lo ignoro.
¿Su nombre? Lo imagino por lo blando y sonoro,
el de virgen de aquellas que adorando murieron.
Como el de las estatuas es su mirar de suave
y tienen los acordes de su voz, lenta y grave,
un eco de las voces queridas que se fueron…






Serenata

[Poema - Texto completo.]
Paul Verlaine


Como la voz de un muerto que cantara
desde el fondo de su fosa,
amante, escucha subir hasta tu retiro
mi voz agria y falsa.
Abre tu alma y tu oído al son
de mi mandolina:
para ti he hecho, para ti, esta canción
cruel y zalamera.
Cantaré tus ojos de oro y de onix
puros de toda sombra,
cantaré el Leteo de tu seno, luego el
de tus cabellos oscuros.
Como la voz de un muerto que cantara
desde el fondo de su fosa,
amante, escucha subir hasta tu retiro
mi voz agria y falsa.
Después loare mucho, como conviene,
A esta carne bendita
Cuyo perfume opulento evoco
Las noches de insomnio.
Y para acabar cantaré el beso
de tu labio rojo
y tu dulzura al martirizarme,
¡Mi ángel, mi gubia!
Abre tu alma y tu oído al son
de mi mandolina:
para ti he hecho, para ti, esta canción
cruel y zalamera.

http://www.artpoetica.es/index.php?id=546

TRABAJO
De la relación entre Verlaine y  A. Machado
1.- Visionado del especial documental de M. Chapero sobre la poesía de Antonio Machado:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/imprescindibles/imprescindibles-antonio-machado-mundos-sutiles/1597035/




TEMA 0. INTRODUCCIÓN A LA LITERATURA



EL FERRETERO QUE ERA AGENTE DE LA INTERPOL

 Artículo de Juan José Millás en ELPAÍS, 26/08/2016

 
En fin, si los alumnos a los que he venido dirigiéndome no están a estas alturas muy cansados, les cuento aún un par de anécdotas personales que demuestran el grado de real de lo que llamamos irreal. Hace años, por ejemplo, cuando me disponía a escribir El orden alfabético, una novela que guarda mucha relación con todo lo que he venido exponiendo hasta el momento, me acordé de un compañero del colegio cuyo padre era el ferretero del barrio. En El orden alfabético trato de mostrar hasta qué punto lo que imaginamos acerca de nosotros nos constituye más que lo que nos sucede en la realidad, o en lo que llamamos realidad. Recordé entonces que el hijo del ferretero nos había dicho en cierta ocasión a los amigos más íntimos que la ferretería era una tapadera bajo la que su padre ocultaba su verdadera actividad profesional, pues por lo visto era agente de la INTERPOL.

Imagínense cómo cambió la percepción que teníamos de aquel hombre, al que empezamos a mirar desde entonces con un respeto casi religioso. Yo pasaba por delante de la ferretería cuando iba o venía del colegio y siempre me asomaba para verle enfundado en su guardapolvo gris, despachando
clavos o tornillos con una naturalidad tal que parecía que no había hecho otra cosa en la vida. Y sin embargo, detrás de aquella apariencia se ocultaba todo un agente de la INTERPOL. Quizá en alguna ocasión me pregunté de dónde sacaría el tiempo para interpolar, teniendo en cuenta que no abandonaba nunca el mostrador, pero eran dudas pasajeras. Crecí con el convencimiento de que aquel hombre era lo que nos había dicho su hijo y cuando tuve edad de descubrir el engaño, jamás se lo eché en cara.

Pues bien, me acordé de mi amigo, decíamos, y conseguí localizarle e invitarle a comer. Le expliqué que me disponía a escribir un libro dedicado al peso que tiene en nuestras vidas lo irreal, lo que se nos ocurre, y que me ayudaría mucho que me hablara de su padre, el agente de la INTERPOL. Mi amigo dio un sorbo a su vaso de vino y compuso un gesto nostálgico antes de comenzar a hablar.

–Yo —dijo finalmente— he tenido dos padres, en efecto: uno real, el ferretero, y otro irreal, el agente de la INTERPOL. Lo curioso, Juanjo, es que el más importante para mí ha sido el irreal. De él he recibido los mejores consejos, así como las lecciones verdaderamente importantes para enfrentarme a la existencia. Mi padre real, como tú sabes, se pasaba la vida en la ferretería y jamás prestó mucha atención a su familia, en parte porque era un hombre muy limitado también. El padre irreal, en cambio, no solo llevaba una vida apasionante, sino que le gustaba pasarme la mano por encima del hombro, o eso imaginaba yo, y contarme experiencias inventadas por mí que constituyeron el espejo gracias al cual crecí y me hice un hombre.

A medida que mi amigo hablaba de su padre irreal, que paradójicamente era el verdadero, él mismo se quedaba asombrado del peso que tienen en la existencia las cosas que no existen. Ya en los postres me dijo que su padre real había fallecido el año anterior y que un día, cuando se encontraba muy enfermo, pensó que el ferretero no podía morir sin saber que había sido también un agente de la INTERPOL, de modo que se lo dijo. Le dijo: Papá, tú no has sido para mí un ferretero, sino un agente de la INTERPOL. Por lo visto, su padre se quedó mirándole con extrañeza durante unos segundos y al final dijo:

–¿Pues sabes que algo había notado yo?

O sea, que nunca sabemos dónde está realmente la frontera entre lo que nos ocurre y lo que se nos ocurre.

Ya de mayor, viví durante algún tiempo en un apartamento minúsculo, situado precisamente en el barrio de mi infancia, muy cerca de la ferretería que había servido de tapadera al padre de mi amigo. Un día, estaba intentando escribir, o quizá buscando alguna coartada para no hacerlo, cuando sonó el timbre de la puerta y apareció una chica joven, muy menuda, con melena y una carpeta azul entre las manos. Me dijo que estaba haciendo una encuesta sobre hábitos de consumo entre los vecinos de la zona, para estudiar la viabilidad de un supermercado, y rogó que me dejara. Me dejé y poco a poco fui dándome cuenta con espanto de que todos los actos de mi vida, incluso los que yo consideraba menos sociales, como comprar discos o libros, estaban catalogados en algún despacho de esta ciudad como hábitos de consumo. De manera que cuando la chica te preguntaba si dormías con la luz encendida, no tenía ningún interés en saber si eras miedoso, sino cuántos vatios tenías el hábito de consumir al mes. Y cuando indagaba si estabas casado, lo que quería saber en realidad era si tenías el hábito de consumir esposa. Resultaba imposible consumir esposa en un apartamento tan pequeño, pero ella de todos modos lo preguntaba y preguntaba si consumías hijos y quizá si preferías adquirirlos en tiendas de barrio o grandes superficies.

No había forma de escapar, en fin, a aquella radiografía implacable, pero cuando llegamos a la zona de los hábitos de consumo de animales domésticos, reaccioné a tiempo y mentí. Le dije que tenía un canario, ya que había adquirido en mi infancia el hábito de consumir canarios, por decirlo en su lenguaje. Esa noche, cuando me encontraba en la cama leyendo una novela, oí cantar al canario inexistente en el salón. Qué curioso, me dije, este canario, sin necesidad de existir, es ahora lo más real de mi vida justamente porque es lo único de ella que ha logrado escapar a las leyes del consumo.

Decíamos antes que vivimos en un mundo en el que todo aquello que no se pueda cuantificar no existe. Pero sí existe. Los grandes dramas individuales o colectivos en los que se ha visto envuelta la humanidad no han estado motivados por cuestiones reales, sino por cuestiones irreales. Todavía hoy seguimos matando y muriendo, cuando hay tantas necesidades reales que atender, por entelequias como la patria o Dios. Por todo ello, para que no sean víctimas de lo irreal ni de lo real, ni de sí mismos, yo termino mi charla en los institutos o colegios asegurando a los alumnos que a esas alturas todavía me siguen, que lean literatura porque la literatura constituye un modo de conocimiento que nos acerca a zonas de la realidad a las que no se puede acceder de otro modo. Permítanme el atrevimiento de terminar este texto del mismo modo, solicitándoles a todos ustedes que lean también mucho, incluso aunque no me lean a mí. Muchas gracias.

Mujer leyendo, de Fernando Botero

POESÍA NO

Artículo de Leila Guerriero, en ELPAÍS, 27/07/2016








Niño leyendo un libro en el parque

 Me preguntan, a veces: “¿Es necesario que un periodista lea poesía?”. Siempre digo que sí, expongo mis razones. Pero ahora me arrepiento. No. Leer poesía no es necesario. Para nadie. De hecho, leer poesía puede hacer que uno tenga una vida mucho peor de la que tendría si no la leyera. Conocen el poema de Kavafis: “No hallarás otra tierra ni otro mar. / La ciudad irá en ti siempre (...) Otra no busques —no la hay (...) / La vida que aquí perdiste / la has destruido en toda la tierra”. ¿Qué es eso sino daño intencional, deliberado? Mi padre me lo leyó cuando ni él ni yo sabíamos quién era el tal Kavafis. Pero entendí el concepto. Y desde entonces no he dejado de vivir bajo el horrible influjo de esa lucidez espantosa: no hay escape, allí donde vayamos nos persigue todo lo que somos. Una vez traté: me fui lejos para arrancarme del cuerpo aquella cosa. Y no hubo alivio: no hubo otra ciudad más que la maldita ciudad interior por la que me arrastraba babeando como un feto sin cáscara. Leer poesía no es necesario. Si uno puede vivir sin preguntarse “¿todo esto para qué?”, mejor seguir así, confortablemente adormecido. El poeta chileno Matías Rivas acaba de publicar Tragedias oportunas. Los poemas del libro hablan de sexo, de amor, de hastío, de la tele, de los hijos. De sexo cansado, de amor cansado, del hastío de la tele y de los hijos. Son el registro de un ojo insomne, lúcido, impiadoso: “La orilla café de la taza no sale con agua caliente. / El borde tiene grabados mis labios, lo que te molesta. / No sé si será posible sacar la mancha con recriminaciones. / Lo cierto es que gotea bajo el colchón toda la noche. / Las frazadas y el cansancio tienen olor a sospecha”. Cuando me preguntan por qué leo poesía digo que sirve, por ejemplo, para aprender economía de recursos. Si yo fuera menos mentirosa diría que leo poesía para que me haga daño: para que me despierte.



Después de leer los artículos anteriores contesta a las siguientes preguntas:
1.- ¿Cuál es la lección que  J.J.Millás  pretende enseñarles a los alumnos en sus charlas sobre la literatura?

2.- ¿Hasta qué punto crees que la literatura puede cambiar el mundo o nuestra visión del mundo? Pon ejemplos

3.- En el artículo de Leila Guerriero cuál es la función de la poesía según ella.

4. Escribe el poema que más te ha marcado en tu vida y explica por qué.

5. Fíjate en estos ejemplos:

TEXTO 1


Muere Huracán Carter, aquel boxeador que pasó 20 años en la cárcel por un crimen que no había cometido. Era negro. Bob Dylan compuso una extraordinaria canción para dnunciar el caso.


- Es muy importante conseguir superar las barreras que nos inmovilizan. ¿Lo sabías?
 Has aprendido a leer, a escribir. La escritura es… es magia. ¿Nunca lo has sentido así?


- Sí, creo que sí.

- Cuando empecé a escribir, descubrí que estaba haciendo algo más que contar una historia. La escritura es un arma, y es más poderosa de lo que jamás podrá ser un puño. Siempre que me sentaba a escribir, me elevaba por encima de los muros de esta cárcel, veía por encima de los muros todo el estado de Nueva Jersey, y veía a Nelson Mandela en su celda escrbiendo su libro, y veía... y veía a Dostoievski, y veía a Víctor Hugo, a Emile Zola... y me preguntaban ¿Eh, Rub, qué haces ahí dentro?.. y yo les decía Yo os conozco, chicos... Eso es magia...

- Seguro que en Canadá lo enseñan así. Dime qué libros puedo leer.

- Sí, te lo diré, pero esa gente de Canadá no puede enseñártelo todo, el resto depende de ti, es cosa tuya, tienes que buscar cuál es tu verdad... qué es lo que piensas...

- No he conocido a nadie como tú.


Esta es la canción que Bob Dylan compusó en apoyo a Rubin Carter después de ser condenado a cadena perpetua... siendo inocente...


TEXTO 2
Duerme tranquilo, Romero
que el alma no morirá.
Duerme tranquilo, Romero,
que Dios ya tiene en el cielo,
una parcela cercá
pa tó el que sea Rociero.
(FANDANGO)


TEXTO 3


Con la voz animal del unicornio blanco
canta el mar mientras el río lo penetra.
El río desemboca. Todo el aire
es una selva nevada de vilanos.
Estaba el mar sereno como el pecho
yacente de un doncel, y el río
le iba entrando lentamente agua dulce
y el agua dulce entraba, se bebían
en el agua salobre.

No es a morir a lo que van los ríos a la mar.
 (Poema IX, de Sol, Juan Cobo Wilkins)